viernes, 7 de mayo de 2010

Crónicas desde la Expo

Único e incomparable. Así es como podemos adjetivar la Exposición Universal de este año que tiene lugar en Shanghai. El objetivo, como en la mayoría de los casos cuando se habla de un país como China, es el de superar. Esta Expo pretende ser la mayor y la más visitada de la historia. Con un día no es suficiente para visitar todo el recinto, sin embargo se puede pasear arriba y abajo y apreciar la fisonomía de muchos de los pabellones participantes. Es una maravilla de ver. Son pabellones en muchas ocasiones diseñados por los mejores arquitectos del momento, como es el caso del de España, diseñado por la arquitecta Benedetta Tagliabue. El pabellón se conoce como "la panera de mimbre", ya que el conjunto del edificio es una cesta de mimbre gigante que hace claramente alusión al trabajo artesanal de este material, que tanto peso tiene en la tradición española. El lema del pabellón de España es «De la ciudad de nuestros padres en la ciudad de nuestros hijos» ya que, tal como indica, el pabellón pretende ser un recorrido por España desde el pasado hasta un posible futuro. El principio del recorrido por las 3 salas de exposición que hay dentro del pabellón es la sala diseñada por el director de cine Bigas Luna, llamada "Orígenes", debido a que nos remite a épocas prehistóricas. Una piedra de sílex de la sierra de Atapuerca, Burgos, cuelga del techo de esta primera sala en forma de cueva prehistórica, recordándonos que es en Atapuerca donde se han encontrado los restos humanos más antiguos de toda Europa. Esta existencia humana de cientos de miles de años es un punto de conexión con el país asiático que acoge la Expo, que tiene el conocido como "hombre de Pekín": los restos humanos más antiguos encontrados en territorio chino. Del mismo modo que las cuevas prehistóricas tenían pinturas rupestres en las paredes que describían la realidad que vivían las diferentes tribus, la "cueva" de Bigas Luna tiene una serie de imágenes proyectadas a lo largo de las paredes que describen diferentes realidades de España, introducidas por imágenes de fenómenos naturales que nos hacen entrar en el mundo audiovisual que nos propone el director, y que cuentan también con efectos especiales, como la vibración del suelo en ciertos momentos. A continuación, una "bailaora" nos hace una coreografía de un minuto inspirada en el tema prehistórico, llamada "La atapuerqueña". Le siguen una serie de imágenes de "bailaoras" que acaban de amenizar la danza, y que dan paso a las bóvedas de la mezquita de Córdoba. De repente, se oye un petardo que da pistoletazo de salida a los conocidos «Sanfermines», y la corrida acaba con un toro en vez de cuerno a un cristal, imagen que introduce la última parte del audiovisual, donde es la pelota la que toma protagonismo, representada en diferentes deportes a través de los cuales la población china conoce el estado español. Pau Gasol y Rafa Nadal son los grandes iconos. Basilio Martín Patino ha sido el encargado de diseñar la segunda sala de exposición. Su experiencia como documentalista de la historia de España del siglo XX se hace evidente en las imágenes que nos transportan los años 40 hasta hoy en día. De nuevo se trata un punto de conexión entre el país asiático y España: el fenómeno migratorio del campo a la ciudad que han experimentado (y está experimentando, en el caso de China) los dos países. Finalmente, entramos en la tercera sala, de la directora de cine Isabel Coixet, una sala que nos encauza hacia el futuro. Después de que unos niños pequeños nos den la bienvenida a la sala con "nihaos" y "holas", giramos la cabeza y nos encontramos con un bebé gigante: Miguelín. Moviendo la cabeza, los labios y los ojos, parece muy bien un bebé real. Es Miguelín, sin duda, la gran atracción del pabellón. A su alrededor, una serie de pantallas nos muestran Miguel transformado en personaje animado explicándonos a través de imágenes explícitas como sueña él que sea la ciudad del futuro. No debemos olvidar que el lema de la Expo Shanghai 2010 es "Mejor ciudad, mejor vida", es por ello que Miguelín nos hace reflexionar sobre cómo se puede mejorar la calidad de vida en las ciudades, ya sea creando parques, teniendo sanidad y educación públicas, potenciando la donación de órganos, invirtiendo en energías renovables, ayudando a la gente mayor, recibiendo una buena alimentación, mejorando el tema del reciclaje, ... El pabellón de España nos transporta, por tanto, de las generaciones pasadas a las generaciones futuras para guiarnos hacia un mundo más agradable de vivir.
Sílvia Company

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